LA IDEOLOGÍA
DE GÉNERO Y SU ATAQUE A LA FAMILIA
Ideología del género
La ideología
de género es la última rebelión de la creatura contra su condición de creatura.
Con el ateísmo, el hombre moderno pretendió negar la existencia de una
instancia exterior que le dice algo sobre la verdad de sí mismo. El género
–«gender» en inglés– nació en el ambiente de las ciencias humanas de
inspiración freudiana. Apareció en 1955 en los Estados Unidos: John Money,
psiquiatra de Harvard, ante unos casos de hermafrodismo, introdujo el concepto
de «gender role» que definió: «son todas las cosas que una persona dice o hace
para demostrar que tiene estatuto de hombre o de mujer». Así, esa nueva noción
del papel social como fuente de la identidad sexual contenía en germen todo el
proyecto ideológico del género, tal y como se desarrolló en los siguientes
decenios.
Treinta y cinco años más tarde, en los años 1990, Judith Butler, que
sigue siendo el líder de la revolución del género, declaró que las palabras
«sexo» y «género» ya no son sustantivos, sino… verbos. Eso significa que el
individuo, hombre o mujer, será lo que él o ella decidan decir y hacer. Afirmó
que «ser hombre o mujer no es algo que se es, sino algo que se hace».
Algunos conceptos básicos sobre la identidad sexual
Los especialistas distinguen tres aspectos,
entrelazados entre sí, que forman la identidad sexual de la persona.
Estos tres aspectos son: el sexo biológico, el
sexo psicológico y el sexo sociológico.
Es decir estos tres aspectos no son comportamientos estancos, porque en
el hombre y en la mujer existe una profunda unidad entre las dimensiones
corporales, psíquicas y espirituales: una gran interdependencia entre lo
biológico y lo cultural.
¿Qué es el sexo biológico?
Es la corporeidad de una persona. El sexo biológico viene determinado por los
cromosomas XX en la mujer y XY en el varón. Estas bases biológicas intervienen
profundamente en el organismo, como se ve en las diferencias estructurales y
funcionales del cerebro masculino y el femenino.
¿Qué es el sexo psicológico?
Son las vivencias psíquicas como varón o como
mujer. Esa conciencia psicológica se
suele formar a los dos o tres años y coincide habitualmente con el sexo
biológico, aunque haya excepciones a causa de la educación que se haya
recibido.
¿Qué es el llamado sexo
sociológico o civil?
Es la percepción del sexo por el entorno. En
esto hay muchos cambios, ya que esa percepción social es fruto de procesos
históricos y culturales: hace unos siglos no se concebía a una mujer como
militar, por ejemplo. Además de esto,
hay otros factores que conviene tener en cuenta. Hay que distinguir, por
ejemplo, entre identidad sexual, orientación sexual y conducta sexual:
Identidad sexual
El hombre y la mujer sienten, experimentan y
razonan de forma distinta, aunque sea difícil establecer lo “típicamente
femenino” y lo “típicamente masculino”. Es una misma naturaleza humana que se
posee de modo distinto. Eso significa
que la unidad y la igualdad entre el varón y la mujer no anula las diferencias
entre ellos. Orientación sexual: heterosexualidad, homosexualidad y
bisexualidad. Conducta sexual: es otro asunto, muy ligado a lo anterior, pero
no determinado, ya que no todas las conductas sexuales responden a las propias
orientaciones sexuales. Y está, por último, el hecho biológico: sólo la mujer
puede ser madre y sólo el varón puede ser padre.
Esta la segunda vez que la
civilización se tambalea. Pero como la ocasión anterior –hace casi dos
milenios-, el peligro no está en el exterior. Al mayor imperio de la Antigüedad
no lo hundieron, en última instancia, los hunos o los vándalos sino que se
hundió él solo. Es más fácil de lo que parece, dejas de creer en ti mismo y te
suicidas… físicamente: dejas de tener hijos. Ya puedes ser la potencia más
grande del mundo, la más extensa, la más rica, la más desarrollada. Eso era
Roma hasta el siglo IV.
Pero se durmió en los
laureles, imaginó fatuamente que era posible tener el paraíso en la Tierra,
desterrar el dolor y el sacrificio, y eso es metafísicamente imposible si se
quiere sacar una familia adelante, trabajar sin descanso y mantener una prole.
Porque cansa y cuesta. Así que decidió destruir la familia e institucionalizar
el carpe diem. No lo digo yo, lo dicen los grandes tratadistas de aquella caída
a cámara lenta: Mommsen, Gibbon o Hilaire Beloc.
Las civilizaciones no se
pierden en el campo de batalla sino en el lecho conyugal. Te cargas el
matrimonio y principia la ruina. Y eso es lo que hicieron los romanos, como
deja constancia Séneca cuando observaba que las patricias no contaban los años
por los nombres de los cónsules sino por los nombre de sus sucesivos maridos.
Sin familia no hay civilización.
Occidente (EEUU-UE y aledaños) es ahora el imperio más extenso, más rico y
más desarrollado de la Historia, pero a pesar de que ha puesto un hombre en la
Luna, inventando la crema anti-aging y clonado ovejas, no aprende de los
errores del pasado.
Y no sólo no aprende sino
que en su remake de la caída de Roma incluye la puntilla: la ideología de
género. El Imperio decadente no sólo sustituyó a la familia por relaciones contra
natura sino que quiso imponerlas por ley. Los césares exigían que sus
cortesanos aplaudieran sus extravagancias, como cuando Calígula nombró cónsul a
su ¡¡caballo!! Y quien osaba discrepar ya sabía lo que le esperaba. Igual que
ahora, solo que la “invitación” a abrirse las venas ha sido sustituida por la
multa, el regreso de la censura, el despido o la muerte civil.
Ya ha habido gente entre
rejas, como la funcionaria de Kentucky, Kim Davis, por negarse a conceder
licencias de matrimonio a homosexuales, desafiando al Supremo de EEUU. Es
decir, ya hay presos políticos o de conciencia, como Solzhenitsin en la URSS,
por atreverse a defender la verdad y por no secundar sentencias arbitrarias e
injustas como la del alto tribunal norteamericano.
También el marxismo
convirtió un delirante timo en verdad científica y lo impuso luego a millones
de seres humanos mediante férreas dictaduras. Pero la ideología de género es,
si cabe, más letal porque el marxismo sólo pretendía una sociedad sin clases, y
lo que la ideología de género pretende es una nueva humanidad donde no exista
la familia. El objetivo del nuevo totalitarismo ya no es el Palacio de Invierno
de los Romanov sino la cuna de la civilización: la familia y el matrimonio, con
el agravante de que el ataque es insidiosamente sutil: ahora se lanza en nombre
de la libertad.
No hace falta ser un lince
para adivinar un resultado que ya es inocultable: Europa –más incluso que EEUU,
en cuya sociedad anidan restos de libertad- camina al precipicio, al negar sus
raíces, y al condenarse a sí misma a la esterilidad –de hijos, pero también de
ideas, de vitalidad económica, de proyectos-, mientras nuevos bárbaros, con
turbante y chilaba, se infiltran en el imperio dispuestos a tomar el relevo
demográfico
Ideología de género y el Ataque a las Familias
Las familias
cristianas padecen diariamente ataques en el mundo entero. La ideología de género es sostenida,
promovida y practicada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que
depende de las Naciones Unidas (ONU), y por numerosas instituciones de
educación y de sanidad que tienen su sede en los Estados occidentales
(Norteamérica, Europa occidental y Australia-Nueva Zelanda). Todo país que
rechace unirse a esta ideología viene sancionado: por ejemplo, los Estados
débiles y pobres son penalizados a nivel de ayudas para el desarrollo. Se ven
condicionados a aceptar la ideología de género. Esta verdadera colonización
afecta al conjunto del continente africano, en particular al África
subsahariana, pero también a Asia y América latina.
El Papa Francisco,
durante su viaje apostólico a Manila, no dudó en denunciar con fuerza una
«colonización ideológica contra la familia», que intenta destruirla
introduciéndose y difundiéndose en las sociedades y culturas de los países en
vías de desarrollo. En el n. 56 de su Exhortación apostólica post-sinodal
Amoris Lætitia, critica fuertemente la ideología mortífera de género «que niega
la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y mujer. Presenta una
sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la
familia. Esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas
que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente
desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer». El Cardenal
Francis Arinze, comentando estas palabras del Papa Francisco, dijo que «los
medios se han acostumbrado a desfigurar, secularizar e incluso comercializar el
matrimonio y la familia». Esto es muy evidente en los programas impregnados de
erotismo y de pornografía, que se dirigen también a los niños: en muchos países
occidentales, después del jardín de infancia, los niños son reeducados, es
decir, que se manipula y contamina sus conciencias con la ideología de género.
En ciertos países, las familias no tienen elección. Así, en 2006, en Alemania,
quisieron obligar a una familia cristiana protestante de ocho hijos a
participar en experiencias escandalosas en virtud de la educación sexual. Los
padres decidieron no volver a enviar a sus hijos a esas clases; ¡y fueron
condenados a pena de prisión!
Obispos Argentinos
en su Declaración sobre la Masonería:
Los ataque contra
la familias cristianas, la cual tiene su origen en el matrimonio uno e
indisoluble; “El Marxismo y la Masonería tienen un ideal común (…). Para lograr
sus fines, la masonería se sirve de alta finanzas, alta política y de la prensa
mundial; el marxismo se vale de la evolución social y económica contra la
patria, la familia, la propiedad, la moral y la religión”.
Juan Pablo II ha repetido en
muchas oportunidades la expresión: “El futuro de la humanidad se fragua en la
Familia”. La familia es, pues, el campo de batalla, del futuro de la humanidad
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La corriente filosófica que actualmente
encarna la navaja que mutila metódicamente la sociedad, ensañándose con su
médula vital -el matrimonio y familia-
es la llamada “ideología de género o feminismo de género”.
La familia, es
efecto, la que forja al hombre y a la sociedad humana. Hay un dicho que algunos
atribuyen a Platón, que dice: “Dejadme hacer las canciones de un pueblo y no me
preocupare por quien haga sus leyes”. Porque se logra más influyendo en la
cultura, aquí simbolizada en los cantos, que en la misma legislación. Aunque el
verdadero objetivo, como se ve es la transformación de la cultura para luego
transformar la leyes. Lo que
platón dice que los cantos, quienes están detrás de la ideología de género lo hacen con la familia. Cámbienos la familia y no importará las leyes, las cuáles podremos cambiarlas más adelante cuando haya cambiado la familia. Las nuevas corrientes filosóficas y políticas han hecho suya una frase que se encuentra en el Manifiesto Comunista de Karl Marx y Frederick Engels: “Abolir a la Familia”.
platón dice que los cantos, quienes están detrás de la ideología de género lo hacen con la familia. Cámbienos la familia y no importará las leyes, las cuáles podremos cambiarlas más adelante cuando haya cambiado la familia. Las nuevas corrientes filosóficas y políticas han hecho suya una frase que se encuentra en el Manifiesto Comunista de Karl Marx y Frederick Engels: “Abolir a la Familia”.
Muy educativo :)
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarWoow es un muy controversial este tema,ademas ver como en la actualidad todo esto esta afectando a la familia
ResponderEliminarEn la actualidad, la mayoria de las familias estan siendo destruidas por este tema, incluso se esta perdiendo la ideologia de una familia completa.
EliminarEs triste ver la realidad en la que vivimos hoy en día, gran información
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